Nadal reina ante Alcaraz en un partido para la historia
Rafael Nadal se impuso a Carlos Alcaraz en un duelo histórico decidido en tres sets (6-4, 4-6, 6-3) y pasa a la final de Indian Wells
Todos en pie: el punto que resume el partidazo entre Nadal y Alcaraz
Así te contamos en directo el partido Nadal - Alcaraz
El trono de Rafael Nadal permanece intacto y en su posesión pese a la irrupción de un jovencísimo genio del tenis llamado Carlos Alcaraz. En una batalla que comenzó pareciendo de sucesión, continuó incluyendo al viento como elemento diferencial y finalizó con la sublimación del tenis de ambos contendientes, Rafa se confirmó como el mejor (6-4, 4-6, 6-3) en condiciones adversas y dio una lección de control y determinación a un rival tan joven como descomunal, con el que apunta a vivir muchos duelos en rondas finales.
Nadal se repuso de cada uno de los golpes de talento infinito de Alcaraz, quien a sus 18 años ya es uno de los mejores tenistas del planeta. Palabras mayores lo de este partido, que se fue hasta las tres horas y 11 minutos con interrupciones por el viento huracanado que no evitó que Rafa y Carlos se batieran en un duelo de máximo respeto e interminables elogios repartidos por las virtudes que les colocan como los mejores de 2022. Nadal, el vencedor, alcanza su vigésima victoria consecutiva de la temporada sin fallo y este domingo, ante Taylor Fritz, intentará consumar el pleno con su cuarto título de 2022 y el cuarto también en Indian Wells. Por algo es el mejor de todos los tiempos.
Números en la mano, es imposible discutir el (casi) calco de las carreras de Alcaraz y Nadal a la edad del murciano, pero por mucho que les vista la misma marca de ropa, lleven la misma de raquetas, ambos estén más que fuertes y sean elegidos en lo mental, en lo tenístico sí son bastante diferentes. Mientras Rafa basa su juego en el volumen y el contraataque, Carlos representa el perfil moderno de apisonadora desde el fondo de la pista, buscando el winner con cada golpe y con todos buenos. Espectaculares el primero y el segundo, cada uno a su estilo, y necesarios para hacer del encuentro uno de alternativas dentro de lo histórico del cruce.
Para explicar lo sucedido en un partido para la historia resulta imprescindible saber del espíritu ultraofensivo de Alcaraz, un auténtico cyborg hecho por y para el juego de ataque, por mucho que su físico y su tesón le hagan también competitivo en defensa. El murciano quiso sacudirse los nervios de entrada y, después de elegir restar en el sorteo, completó el inicio perfecto, palo a palo, para quebrar el saque del rey del tenis mundial en 2022, sacudido por un huracán que ha tomado Indian Wells desde su aterrizaje en California.
Carlos contaba con el break, pero Nadal con la paciencia de su lado, esa que no se marchó después de un segundo juego en el que perdió una y otra pelota de break. Se estrenaría en el tercero y en el cuarto, siempre atento, hacía pagar cara la irregularidad a su jovencísimo rival, que perdía su saque y devolvía las tablas en el marcador.
Nadal ata el primer set
Habían pasado sólo cuatro juegos y entre el primer punto y el último se dividía un mundo. Comenzaba a soplar el viento y no figuradamente, lo que convertía la pelea generacional, de talento y de nivel en una también estratégica por ver quién se adaptaba mejor a las condiciones. Nadal, que ya sabe cómo se maneja la brisa por California, supo que debía mantenerse firme y jugar con margen por si las inclemencias empujaban la pelota fuera. Carlos, en cambio, siguió dándole al cara o cruz que tan bien le salía gracias a su condición de elegido del tenis. Jugó con fuego el murciano… y acabó quemándose.
Fue en el décimo juego de la primera manga, también kilométrico, con él al servicio. Tras un carrusel de roturas, ahí se cumplió la hora de partido y también la decisión en favor de Nadal. Carlos –aún– falló más que antes, y no lo estaba haciendo poco, y el descontrol le llevó a darle a su rival tres pelotas de break. En un esfuerzo digno de mención, el adolescente que impresiona al tenis las levantó, pero confiado, le cedió dos más a Rafa. La segunda de estas no la iba a desaprovechar. Nadal estaba atado al partido y se llevaba consigo la primera manga del partido. Una primera lección a cargo del mejor de la historia.
Puede parecer que Alcaraz estaba haciendo un mal partido, pero nada más lejos de la realidad. Su nivel alcanzaba por muchos momentos el vivido en las rondas previas, pero esta vez enfrente estaba Rafa, rey del tenis mundial y dominador absoluto de las condiciones contrarias. Su remontada era la de un día más. El primer set era suyo y la victoria 20 –de 20– estaba más cerca.
El huracán fue Alcaraz
El viento, que había ponderado en el final del primer set, alcanzaba niveles limítrofes para poder seguir jugando en el comienzo del segundo. En él, se le notaba mucho más cómo a Nadal pese a tenerlo en contra. Sin embargo, este hecho propiciaba que Alcaraz se mantuviera en el encuentro antes de un cambio de campo que podía resultar decisivo. No lo fue, pero dio el pistoletazo de salida a un toma y daca de break y contrabreak que convirtió en el partido en un espectáculo, eso sí, marcado por el viento.
Rachas extraordinarias hicieron peligrar la disputa, pero la ausencia de quejas de dos jugadores también ejemplares en estas lides permitieron la abstracción a lo tenístico pese a las condiciones inhumanas de juego. El resto era mucho más cómodo que el saque y así Nadal y Alcaraz se fueron rompiendo una y otra vez, mezclando lógicos errores con golpes más que meritorios hasta llegar al 5-4.
De nuevo el décimo juego sería decisivo, aunque en este caso en favor de un temible Alcaraz, que activó su servicio justo a tiempo y con una volea de muchísimos quilates y aprovechando un error de Nadal, se apuntaba la manga y ponía las tablas con dos horas y media de partido ya disputadas. El partido tenía épica y tenis a partes iguales y se decidiría en una tercera manga a la que no le iba a faltar ni lo uno ni lo otro.
La vigésima del rey Nadal
El viento, por suerte, cesó en sus rachas y dejó pie a que la velocidad la pusieran los verdaderos protagonistas, con sus golpes y sus carreras. El partido pasó a ser puro espectáculo tenístico y ahí ambos demostraron un fondo físico al alcance de muy, muy pocos en el circuito. Cercanos a las tres horas de partido, más tarde superadas, Nadal y Alcaraz dejaron puntos para el recuerdo al tiempo que cada uno, y no había sido la tónica habitual ni mucho menos, ataba su servicio para mantenerse en el partido.
El vencedor lo decidiría un detalle y en eso, pese a que Alcaraz estuvo a la altura en todos y cada uno de los condicionantes del partido, Nadal es el rey absoluto. El manacorense descifró perfectamente el punto de inflexión del tercer set y recordó a Carlos sus dudas previas y la juventud que le resta experiencia en estas lides. El cóctel resultó mortal para el murciano… y para el partido. Nadal lo había vuelto a hacer. Su vigésima victoria tiene un mérito incalculable y le confirma como el rey en todos los aspectos del tenis. Por si quedaba alguna mínima duda, hay Rafa campeón para rato.